Bueno, la luz está encendida y me lloran los ojos, de las lentillas, el aire acondicionado, el aire, la sequedad del mundo y de los pies de la gente... Mejor la apago. Ya está. Sin luz y sin nadie y con la ventana abierta cambian las cosas, parecen un poco más... diferentes. Como más tranquilas, como si una ardilla bajara de un árbol corriendo y de pronto se quedase quieta, observando algo que ha visto, o que cree que ha visto, porque no todo lo que vemos es verdad. Ni todo lo que tenemos. Hay muchas cosas que no son verdad, pero sigue saliendo el sol todos los días y la gente sigue yendo al trabajo, y los ancianos cuidan de los nietos sin rechistar, y los amantes siguen prometiéndose amor eterno... todo esto pasa cuando sale el sol, o cuando se esconde. Pasan muchas cosas.
A mí me pasan demasiadas cosas por la cabeza, metro o coche, gente estirada con sonrisas falsas y con demasiados colores y humo, mucho humo, y un cielo gris, un día lluvioso, y salir de aquí, y dejar de pensar. Ese debe de ser el problema, tengo que dejar de pensar, tengo que dejar a mi mente libre libre libre libre libre y llena de cosas, antes que pararme a pensar. Y como dice la puta canción, demasiado ocupados para entender, y así la próxima vez... Y leyendo leyendo, todo esto parece una broma de mal gusto. Como si un payaso de esos que asustan a los niños estuviera riéndose. De mí. Gritándome sus JA JA JA JA JA JA JA JA a la cara con sus grotescos y chorreantes labios rojos, en medio de algo. Que sí, joder, que yo hago lo que puedo, pero necesito un empujoncito... me da la sensación de estar sola...
Pasan muchas cosas, pero yo sigo pensando que serían mejor de otra forma, menos complicadas, o quizás más... pero, desde luego, serían diferentes. Como más tranquilas, como si una ardilla bajara de un árbol corriendo y de pronto se quedase quieta, observando algo que ha visto, o que cree que ha visto, porque no todo lo que vemos es verdad.
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